Y en un día como hoy, en el que estoy con audífonos escuchando música para evitar escuchar como discuten mis padres con mi hermano (aunque es imposible no escucharlos y pensar en opiniones que si las mencionara se entendería/n mejor) me atrevo a escribir que es muy difícil ser empático. Empecemos explicando qué significa ésto. Ser empático es: como diría mi abuelita, ponerse en los zapatos del otro, es decir, entenderlo, intentar pensar un poco como éste, ver el porqué de sus respuestas, de su reaccionar, en fin, de su actuar frente a diversos estímulos emocionales y comprenderlo sin objetarlo ni enjuiciarlo por ello.
Es realmente difícil entender a los demás en una discusión, por ejemplo, si una mamá quiere que su hijo no vaya a jugar al parque y su hijo insiste en ir hacia el lugar, vemos que ambos tienen razones buenas, porque la madre lo hace quizás por precaución y protección, en cambio el niño tiene la necesidad de crear, de jugar, de divertirse, es sano físico y psicológicamente. ¿Pero qué ocurre?, ambos quieren lograr lo que tienen en mente. De hecho, insisten, crean argumentos y fundamentan como mejor pueden para conseguir lo que pretenden. Pero ninguno entiende al otro, no se pone en su lugar. El hijo no entiende que la madre no quiere que vaya al parque porque le puede ocurrir algo inesperado si es que ella no está allí para cuidarlo, ni la madre entiende que el niño quiere jugar. En muchos casos se producen las discusiones fuertes y evidentemente gana la madre, ya que es ella quien tiene el poder en la discusión.
Si tan solo nos preocupáramos un poco de evitar problemas, de entender o quizá solo escuchar al otro todos los problemas serian cada vez menos, porque está solo en nuestras manos el evitar un mal rato.
Pero la vida es así... Particularmente, en mi caso siempre está en mi el no pelear, el no discutir, pero peleo igual!... quizá es un poco necesario, así mejoro la manera de argumentar o algo así.
Así es; Padre Gatica. Predica, pero no practica.
